domingo, 18 de abril de 2010
Victoria convincente
El Sevilla, con un inicio sólido e impetuoso, se puso por delante muy pronto, gracias a Kanouté, mostrándose luego intratable, ante un Sporting que entregó la cuchara cuando se quedó con diez.
Sin dudas ni incertidumbre, el Sevilla esta tarde se impuso con claridad ante un Sporting que nunca fue rival, sobre todo cuando se quedó con uno menos por expulsión de Bilic con una hora de choque por delante. Los nervionenses se adelantaron rápido, cortesía de Kanouté, tras un buen inicio y ya en superioridad numérica simplemente esperaron a que pasaran los minutos y los asturianos por cansancio fueran abriendo el terreno, redondeando una goleada necesaria para un equipo que venía de cuajar un horroroso partido en Valladolid.
La realidad es que este Sevilla mejora mucho con una serie de hombres. La pareja en la divisoria Zokora-Renato se hace notar. La vuelta del marfileño, y sus coberturas inabarcables, dan empaque a un equipo que si tiene al brasileño inspirado gana muchísimo. Entre ellos y el punta, la figura de Kanouté se antoja imprescindible. El malí, con sus caídas a banda y a la medular, vertebra al equipo, le da continuidad en el toque y mucha fluidez. Se notó en el comienzo del choque, pues el Sevilla ejerció una superioridad sin paliativos en el campo de los asturianos, muy replegados. Toda esta buena escena vino acompañada de un gol tempranero, después de que Kanouté cazara un balón muerto, al bote de una falta de Dragutinovic.
Con el 1-0 el Sevilla se sintió todavía más cómodo y aminoró su intensidad en ataque. El Sporting, muy bien sujetado, apenas oponía resistencia y cuando se quedó con diez, después de que Bilic llegara tarde al balón en un lance del juego. La expulsión del croata fue la condena de los sportingistas, que con diez se borraron del partido totalmente.
Ante ese panorama el Sevilla se limitó a tener el cuero y esperar fallos visitantes. Antes del descanso Luis Fabiano pudo hacer el segundo, pero fue en el comienzo del segundo acto cuando acertó el brasileño de testa, después de una gran jugada de equipo, que acabó con Adriano haciendo una bicicleta y colándose hasta la cocina por la izquierda, para servir un balón de lujo. El choque se cerró definitivamente con ese tanto, convirtiéndose el partido en un placentero correr de minutos que sirvió para que Juan Cala hiciera el tercero, tercero consecutivo en Liga, dejando claro que se encuentra en un momento excepcional. Sin duda, el lebrijano es una solución magnífica para el lateral derecho, porque de nuevo completó un encuentro repleto de oficio y buen hacer.
Victoria convincente, en definitiva, de un Sevilla que siempre fue mejor y que cuando estuvo en superioridad numérica apenas fue inquietado. Fue un choque, en cierta medida, esclarecedor. El 4-4-2 de Álvarez funciona con Kanouté dentro y es mucho mejor con Zokora a tope, apoyado en el criterio de Renato. Sin haber partidos entre semana, resulta obvio que hay motivos para ser optimistas, porque este equipo pinta bien. Quedan cinco finales para seguir peleando por el objetivo.
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